RESULTA BENEFICIOSO DORMIR LA SIESTA?
Qué entendemos por dormir la siesta, en qué consiste? ….básicamente es una costumbre que nos permite descansar unos minutos (entre veinte y treinta, aunque dependerá de las necesidades de cada persona así como de sus horarios) después de comer, con el propósito de recargar pilas. No es una costumbre exclusiva de España, también está presente en Latinoamérica, China, Taiwán, Filipinas, India, Italia, Grecia, Francia, Oriente Medio y África del Norte.
Etimológicamente la palabra siesta procede de la hora sexta romana, que designaba la hora solar sexta que se correspondía con las doce del mediodía con respecto al sol, aproximadamente estamos hablando de las dos de la tarde, momento del día en el que se realizaba una pausa en las labores cotidianas con ánimo de descansar y reponer fuerzas.
Biológicamente la siesta es una consecuencia natural del descenso de la sangre después de la comida desde el sistema nervioso al sistema digestivo, lo que provoca somnolencia. Si tenemos en cuenta lo copiosas que suelen ser las comidas españolas frente a las europeas, que distribuyen las comidas abundantes más hacia el principio de la jornada, y a la propia cronobiología: independientemente de haber comido o no, la depresión postprandial es un elemento que surge tras aproximadamente ocho horas tras el despertar.
En los trópicos, concretamente en las colonias españolas y en la propia España, en ese lapso se concentran las más altas temperaturas, aprovechando los animales para retirarse a sus guaridas y descansar.
Está demostrado científicamente que una siesta de no más de 30 minutos, tiene múltiples beneficios para nuestra salud, por ejemplo mejora la circulación sanguínea, previene el agobio, la presión o el estrés. Además, favorece la memoria y los mecanismos de aprendizaje y proporciona la facultad de prolongar la jornada de trabajo porque podemos resistir sin sueño hasta altas horas de la noche con poca fatiga acumulada.
Son muchas la celebridades que alaban los beneficios de la siesta, entre ellas Albert Einstein, Winston Churchill de quien se dice a modo de anécdota, que sus colaboradores quedaban rendidos cuando le veían a él tan fresco a las dos de la madrugada y con ganas de trabajar más, durante los días de la Segunda Guerra Mundial.
Por otro lado, nuestro premio nobel Camilo José Cela siempre sarcástico, apostaba que la siesta debía hacerse “con pijama, Padrenuestro y orinal”.
De modo, que no sería disparatado apostar por una breve siesta como medida preventiva frente a la carga física y como iniciativa para promover una mayor productividad en nuestras empresas.
Lara Asensio.