UNA VEZ MÁS CAEMOS EN EL MISMO ERROR.
Amianto y sílice cristalina.
Durante las décadas de los 60 y 70, el asbesto, también llamado amianto y que estaba presente en gran cantidad de materiales de construcción (tejas para recubrimiento de tejados (fibrocemento), baldosas y azulejos, productos de papel, productos de cemento con asbesto, etc.) provocó innumerables casos de cáncer, ya que se ha determinado por los organismos médicos internacionales que los productos relacionados con el asbesto/amianto provocan cáncer con una elevada mortalidad y por ello, desde hace décadas, se ha prohibido su uso en todos los países desarrollados.
Durante esta época la mayoría de los trabajadores expuestos al amianto/asbesto, desconocían que las fibras que lo componían, causaban esos graves problemas de salud. Lo peor del asunto es que hoy en día todavía muchos trabajadores desconocen dicha problemática, y que todavía muchas enfermedades derivadas del amianto pasan como enfermedades comunes, por la falta de información al trabajador.
Desgraciadamente la historia se vuelve a repetir, pero en este caso con el polvo de sílice cristalina.
Actualmente es habitual que las para la realización de piezas de cocina o baños se utilicen placas de aglomerados de cuarzo o «mármol artificial» (mas conocidos por los nombres comerciales: Silestone, Compac, Okite, Caesar Stone ,…) y que sustituyen, en gran medida, al granito, ya que al ser de fabricación artificial permiten gran variedad de colores y son más baratos.
Esas ventajas quedan anuladas por el hecho de que los “marmolistas “ que lo trabajan (corte, pulido…), empiezan a desarrollar enfermedades, como la silicosis, derivadas de la exposición al polvo de sílice cristalina y cristobalita que se genera durante su manipulación.
La silicosis es una fibrosis pulmonar, causada por la acumulación de polvo de sílice en los pulmones, por tanto, debe ser declarada y compensada como enfermedad profesional. La silicosis puede ser simple y complicada, aguda y acelerada, de carácter incapacitante, pero que en todos los supuestos, requiere apartar al enfermo de ambientes donde se genere polvo.
La pregunta que cabe hacernos ahora es: ¿Cuántas marmolerías han realizado mediciones higiénicas y adoptado medidas preventivas para controlar el riesgo de exposición al polvo de sílice cristalina?
La silicosis aumenta las posibilidades de contraer cáncer de pulmón, tuberculosis, alteraciones renales crónicas y enfermedades autoinmunes. Estas enfermedades, como la mayoría de las enfermedades profesionales, no son instantáneas, aparecen tras varios años de exposición, hecho que dificulta, el reconocimiento como profesional.
Por todos estos motivos, se hace necesario que desde todas las parte implicadas en la Prevención de Riesgos Laborales (empresas, trabajadores, Mutuas, Servicios de Prevención), se adopten medidas inmediatas para proteger la salud de los trabajadores de las marmolerías.
La medición higiénica de polvo de sílice es una herramienta fundamental para determinar las medidas a adoptar en el centro de trabajo y, una vez determinado el valor al que está expuesto el trabajador, actuar en consecuencia, por ejemplo:
ü Mejorando los sistemas de extracción.
ü Usando medios húmedos para el corte, pulido, etc. de los materiales.
ü Mejorando la formación de los trabajadores en relación a los mencionados riesgos y las medidas de protección colectivas o individuales a adoptar.
En conclusión, la historia del amianto, demostró el incumplimiento empresarial en la prevención de los riesgos higiénicos y una escasa eficacia de las normas reductoras de los valores límite de exposición a un cancerígeno. La IARC (Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer) definió la sílice cristalina, como cancerígeno en humanos. Por esa razón dicha agencia, reclamó la prohibición y sustitución de los aglomerados de cuarzo, especialmente, los que contengas más de un 40% de sílice cristalina en su composición.
Vanesa Ñíguez Espinosa
Técnico Superior de Prevención de Riesgos Laborales
AC Prevención.